Salud Emocional

¿Eres una persona adicta a las personas?

20140428-151009.jpgLa adicción a personas o la codependencia es algo más común y problemático de lo que pensamos.

¿Cómo reconocemos a alguien que sufre esta adicción?

Lo primero es discernir qué significa una adicción. Adicción es aquella conducta que se instala creando dependencia de una sustancia, conducta o persona. Al principio es algo atractivo, parece que mejora el estado de ánimo y llena un vacío. Luego, se instala el sufrimiento. Cuando estas dos emociones se alternan en una constante que va deteriorando la propia vida, podemos entender que se trata de una adicción.

¿Y cuándo estamos, particularmente, ante un caso de co-dependencia o adicción a las personas?

Decimos que existe cuando el comportamiento de otra persona ocupa toda nuestra atención en desmedro de los propios intereses, hasta herir la autoestima y reducir la capacidad creativa. O sea, cuando la vida se ha vuelto ingobernable.

¿Con qué frecuencia aparecen estos casos?

Le pasa a un amplio porcentaje de la sociedad. Se ve en profesionales, empresarios, amas de casa, estudiantes universitarios, empleados, y otros. La gravedad está en ignorar que esto está ocurriendo en nosotros, en nuestros vecinos, en nuestros amigos, en ámbitos académicos… Por supuesto existen diferentes niveles de adicción y, por eso, sus consecuencias varían.

¿En qué tipo de relaciones es común? ¿En la pareja, con los amigos, entre familiares…?

En las relaciones de pareja es muy frecuente que se inhiban ciertos deseos de desarrollo por “miedo de que el otro/a se ofenda”. Que se limiten las relaciones con amigos o se frene la posibilidad de tener un hobby. Aún cuando sea de una forma leve, cuando se siente el condicionamiento de la relación como un freno a la libertad y el despliegue personal, hay codependencia. En la base de esas limitaciones está el miedo. El miedo coarta y empobrece el vínculo y anula la alegría de estar vivo. Si el poder se ejerce sobre otra persona, las posibilidades no son equitativas y el sufrimiento está presente.

Pero la codependencia también está presente en otros vínculos. Se puede dar en cualquier tipo de relación: padres, hermanos, amigos, jefes o compañeros de trabajo. Siempre la forma de detectarlo es a través de la vivencia del miedo de ser uno mismo. El miedo a no ser querido si se muestra tal como es.

 

Consejos básicos para romper con las dependencias:

  1. Reconoce el problema. Aunque parezca obvio la mayoría de las personas que lo sufren no quieren aceptar el problema, y se mienten a sí mismas diciendo que todo va a cambiar en algún momento.
  2. Encuentra el orígen. Es necesario retroceder en el tiempo de nuestra vida, e identificar donde se generó el faltante afectivo, que nos llevó a generar la dependencia, o a ser víctima de alguien que la padece.
  3. Perdona. Una vez encontremos el origen de problema hay que resolverlo, ya que es una herida abierta de muchos años seguramente, y debe ser sana. Prueba la transformadora experiencia de perdonar aunque sea dificil, recuerda que la primera beneficiada eres tú.
  4. Renueva tu mente. Esto debe llevarte a cambiar tus objetivos en la vida, renovar tu agenda diaria, y experimentar un sin fin de posibilidades que puedes lograr por tu propios medios, sin depender de nadie.
  5. Ámate. Cada cosa que logres por ti misma hará que recuperes la confianza perdida, por pequeña que sea.
  6. Enfrenta tus gigantes. Todos tenemos gigantes que enfrentar, el problema está en que la mayoría de la gente los evita, agravando así el problema. Elabora una lista desde los más fáciles a los más difíciles y complejos y cada paso que des para enfrentarlos será un escalón más hacia la libertad.
  7. Recuerda que no estás sola. Aunque pienses que no hay nadie apoyándote, te tienes a ti misma, tienes a Dios, y una cantidad de personas en tu situación que querrá imitarte cuando logres salir del estado en el que estás, y serás un gran desafío para muchos.
  8. No lo pienses tanto. Actúa y verás que cuanto más avances menos vas a querer volver atrás.

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